Soy una amante del arte. Disfruto de verlo y escucharlo. Especialmente, me encanta tratar de entender qué estaba sintiendo o pensando el artista al hacer su obra de arte, y también qué pretende transmitir, y qué me genera ello a mi. Hoy, quiero compartir con ustedes unas ilustraciones que descubrí hace un tiempo en la web, y que si bien me encantaron ni bien las ví, más aún me gustaron cuando leí la historia detrás de ellas. Pasen, miren, y disfruten.
No quedaron encantados cómo yo? La artista detrás de estas genialidades es Miss Jean Keaton, una maestra, esposa, y madre de 5 hijos que vive en Utah, USA. En su página web, estuve leyendo acerca de su vida, acerca de la cual relata que si bien siempre tuvo el hobby de dibujar, no solía involucrar sus creencias religiosas en los dibujos, hasta que en el año 1991 una tragedia la afectó seriamente, dándole un giro inesperado a su vida espiritual y artística. Por medio de las noticias, conoció la historia de una familia devastada tras el violento asesinato de su pequeño hijo. Jean cuenta que este trágico suceso la conmovió muchísimo, y que cierto día, orando con su familia para que Dios le de consuelo y esperanza a la familia de este niño, a su mente vino una imagen de este mismo niño, pero sonriente y abrazando a Jesús. Este cuadro pintado en su imaginación, la llevó a pensar que nuestra relación con Dios no sólo trae consuelo y esperanza sino que también es una fuente de alegría.
A partir de allí Jean comenzó a notar que las imágenes que solía ver de Jesús no transmitían la alegría presente en esa escena imaginada. Y este descubrimiento fue clave, ya que sintió la necesidad de compartir esta idea, esta escena, con la imagen de un Jesús alegre. Y no se que les parecieron las ilustraciones, pero yo creo que lo logran su objetivo. Cuando vi sus dibujos me impactó ver a un Jesús tierno, cariñoso, alegre, como disfrutando de la compañía de los niños (y hasta de animales!). Imágenes que creo que coinciden con lo que Elena de White escribe en el capítulo 56 del libro «Deseado de todas las gentes»:
Resalté las dos partes que más me llamaron la atención. En primer lugar un Jesús que anhelaba la compañía de los niños y por otro lado, lo atraídos que se sentían los niños por él. Inspirador, no?
Se me ocurre que estas imágenes pueden ser útiles para cuando tenemos que hacer alguna tarjeta o presentación, o, por qué no, para decorar el aula. A su vez, creo que pueden servirnos de inspiración. Todos tenemos algún talento que Dios puede usar para bendecir a otras personas. Me despido con un fragmento del mensaje que escribió la artista, Jean Keaton, para aquellos que visitan su página:
«El Señor me dio un regalo. Me siento honrada y agradecida de que con tan sólo papel y lápiz me permita transmitir su amor a otros. Ojalá mis sencillos dibujos sean capaces de reflejar la sencillez de su vida, y la preocupación que tiene por cada uno de nosotros. Al ver esta obra de arte, oro para que no sólo puedas sentir el amor de nuestro Salvador, sino también que reconozcas que tú también tienes dones que Él puede utilizar para bendecir a otros»